“1 Corintios 3; 6-8
6.- Yo planté, apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7.- Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento.
8.- y el que planta, y el que riega son la misma cosa; aunque cada uno recibirá
su recompensa conforme a su labor.”
Ella mientras vive, late, late.
Ella muere para dar vida.
Mientras late, espera, y late, late, late, late.
Es ciricote, nuez, ramón, trigo, elote.
Café que nos perfuma los sentidos
con sus africanos olores.
Ella late en dulces y mexicanos perfumes
de chile, y calabaza, y el rojo jitomate.
Y perfuma nuestra boca de Jamaica,
y por la noche dulce espumoso chocolate.
Ella late.
Y mientras lo hace, muchas otras,
Cientos de miles, en el campo,
En el bosque, en la selva, en el llano.,
Mueren una y otra y otra vez,
Para dar vida, para prodigar sustento.
Se transforman en árbol, hierba, o humilde zacate.
O en Ceibo inmenso que en Maya nombran “Yaxche”,
Que troca en lecho, batea, mortaja o embarcación.
Surca la vida de todos y nos brinda protección.
Inunda con tus sabores mi boca y vuélvete canción,
Oh, tierna hoja de albahaca.
Te nombro de nuevo guerrero incansable,
La humedad te nutre, humilde zacate.
Germina y nunca termina, tu leyenda, gran amiga,
De madrugada me acompañas, en las mañanas
Y por las noches vas conmigo,
Fértil y elegante espigada, histórica y nutritiva,
te sobran atributos, esbelta semilla de trigo.
Ella late., y mientras late,
La semilla va, de mesa en mesa,
De plato en plato, de taco en taco,
No mira los apellidos, ni la condición social.
Por la Gracia de Dios, la semilla va
De café en café, va de chocolate y té verde,
Por la mañana o de noche,
En mi boca o la tuya, ella va.