Me gusta la noche y a ti te gusta el mar,
Yo colecciono flores, tú prendas de calidad,
Yo canto… tú hablas,
Yo sueño despierta, tú duermes sin despertar,
Yo escribo poemas que no entiendes,
Tú platicas realidad.
Somos como el sol y la luna,
Como opuestos que se atraen,
Como miel y sal.
Me has mirado vestida de sonrisas,
También me has visto llorar,
Y tomas mis débiles manos, me das seguridad,
No juzgas mis pasos, respetas mi andar,
No hieres mis silencios, me dejas pensar,
Y si la bruma me aturde despejas mi soledad.
Caminas a mi lado por senderos de arena,
Me cantas cuando pierdo la voz,
Alejas las llagas de mi corazón entumido,
Esfumas mis miedos con valor.
Abrazas mis repetidas torpezas
Porque sabes que sigo aquí,
Que soy tu flor,
Un poco más loca
y menos inquieta,
yo… tú mismo sol.
Un solo corazón, el tuyo y el mío,
Para recorrer el camino futuro,
De amaneceres inciertos,
De noches opacas y bellas,
De gárgolas y cometas,
De puntos suspensivos y versos sin fin.
Gracias por ser mí sellado al vacío,
Mi cristal amatista,
Las coordenadas de mi navegador.
Mi ancla, mi espuma salada,
Mi pecado y mi puerto de sol.