_Sí, buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?
Me pregunta el peluquero de la esquina cercana a mi departamento, al presentarme a las cinco de la tarde con el cabello recién lavado, vestida para la boda de mis amigos Juan Carlos y Cristina.
_ Vengo ya lista para ver si es posible que me arregle el cabello y me maquille, como ve, estoy vestida para ir a una recepción.
_ ¡Claro! con mucho gusto, ¿cuál es su nombre?
_ Soy Yadira
_ Adelante señorita Yadira, soy Paul, en un momento le arreglo el cabello según sus indicaciones, enseguida la maquillo, adelante, póngase cómoda, en un momento estoy con usted.
_ ¿Vive usted por éste rumbo? No recuerdo haberle atendido.
_No, apenas me mude la semana pasada, el sábado para ser exacta.
Al entrar en aquel lugar lleno de fotos de bellas modelos, propaganda de maquillajes, maniquís con hermosos peinados, accesorios a la moda, me sentí en tan buenas manos que lo único que hice fue tomar posición en una silla alta, relajarme, cerrar los ojos y comenzar a soñar en el festín que se aproximaba. Quería ser la mujer más bella de la velada para los ojos de mi amado Mateo.
Entre sueños escuché a Paul preguntarme si quería el cabello recogido y acentué con la cabeza, solté los hombros, seguí soñando, por ratos escuchaba el sonar de las tijeras, la secadora de pelo y sentía el aroma del spray.
Al rato me preguntó de qué color quería el maquillaje para los párpados, y le respondí:
_ Del tono de mi vestido
Llevaba un vestido largo color azul rey.
Apenas y abrí los ojos para ver como avanzaba y miré el reloj, platicaba con Paul de cosas triviales, en algún momento de la plática le comenté que empezaría a ocupar de sus servicios puesto que me sentía muy contenta.
Alrededor de las 7:15, con una dulce voz, me dijo Paul:
_Servida señorita Yadira, está usted esplendida, realmente bella.
_Al voltear al espejo principal, me vi hermosa, me fascinaron el peinado y el maquillaje.
Le pague, sonreí y salí.
Al llegar a mi departamento, ya me esperaba Mateo.
_ Estás realmente bella Yadira, me tomó de la cintura y me besó.
_ Le sonreí y salimos para la boda.
En el camino le comenté que fui a una peluquería fina, de Paul a la vuelta del departamento, su asombro me hizo estremecerme y mucho más al afirmarme Mateo que esa peluquería fina estaba cerrada desde hacía más de un año, porque su peluquero Paul había muerto en un trágico accidente.