Por: Laura M.-
Irina era una chica muy joven y bella. Tenía el cuerpo de una persona saludable. Lugar donde pisaba, lugar donde se hacía amar. Era agradable y siempre se caracterizaba por sus muy buenas ideas. Pero a veces las emociones nos juegan sucio y fue el caso de Irina.
Resulta ser que Irina se enamoró y ahí comenzó todo el juego. Sus emociones empezaron a descontrolarse y, como siempre suele pasar, la “Euforia” inició con el festín. A dicha fiesta invitó a las emociones más pachangueras. Entre su lista estaban: Alegría, Gozo, Simpatía, Esperanza, Júbilo, Libertad, Optimismo, Cariño, Pasión, Placer, Éxtasis, Paz, Confianza, Fortaleza, Ilusión y el invitado de honor AMOR.
Hicieron un real alboroto, la fiesta duró todo el tiempo que quiso la anfitriona y Entusiasmo, que era el que le acompañaba.
Una vez que terminó aquella fiesta llegó Desilusión y vio que no había sido invitada, así que, organizó otra fiesta con Desamor y Dolor. Los invitados siguientes fueron Tristeza, Melancolía, Nostalgia, Coraje, Furia, Amargura, Temor, Fracaso, Soledad, Pesimismo y Pena.
Nostalgia, Desilusión, Dolor y Tristeza se encargaron de abrir las llavecillas de agua de los ojos de Irina, quien comenzó a llorar. Luego Pesimismo y Soledad la obligaron a sentarse en una esquina de su habitación. Fracaso, Temor y Amargura se enfrascaron en la boca del estómago, fue ahí cuando Dolor vagó por todo el organismo de Irina intensificando más su llanto.
Melancolía y Pena hicieron que tomará un cuchillo con el cual ella intentó suicidarse, pues Dolor ya había hecho muchos estragos en su bello corazón.
MORALEJA: “Tus emociones pueden hacer toda una fiesta, pero nunca dejes que gobiernen tu vida, pues las malas emociones tienden a terminar con ella”.